Interseccionalidad – Sabemos que cada persona tiene múltiples identidades comunitarias y que cada una puede conllevar privilegios u opresiones. Los fulcros de la opresión cambian en función de las características de cualquier interacción institucional o interpersonal; la comprensión misma de la experiencia de discapacidad es determinada por la raza, el género, la clase, la expresión de género, el momento histórico, la relación con la colonización y otros factores.
Además reconocemos que las personas blancas, cis-masculinas, heterosexuales, jóvenes, con privilegio de clase y de cuerpo atlético son las únicas personas que se consideran plenamente normativas. Dentro del capitalismo heteropartriarcal capacitista y cisgénero las personas racializadas son consideradas «primitivas» y nuestros cuerpos «equivocados»; las mujeres son vistas como «mentalmente débiles» y los cuerpos femeninos como «menos que»; las personas trans y de género no conforme son vistas como «enfermas» con cuerpos defectuosos. El capacitismo, unido a la supremacía blanca apoyada por el capitalismo y resaltado por el heteropatriarcado, ha logrado convertir a la mayor parte del mundo en inválida.
El liderazgo de les más afectades refleja nuestra comprensión del capacitismo en el contexto de otras opresiones sistémicas históricas, por lo que seguimos el liderazgo de quienes más conocen estos sistemas.
Política anticapitalista – Somos anticapitalistas ya que la naturaleza misma de nuestra mente/cuerpo se resiste a ajustarse a un estándar productivo «normativo» capitalista, donde la construcción concreta de la «discapacidad» se deriva de la explotación del cuerpo en una economía que ve la tierra y el ser humano como componentes de la ganancia, y se menosprecia la integridad de nuestro trabajo disca tan real.
Compromiso con la organización entre movimientos – La Justicia de discapacidad es necesariamente intermovimientos y cambia la forma en que los movimientos por la justicia social entienden la discapacidad y contextualizan el capacitismo; se presta entonces para una política de frente unido.
Reconocimiento de la integridad – Valoramos a nuestra gente tal y como es, por lo que es, ya que las personas tienen un valor inherente fuera de las relaciones mercantiles y fuera de las nociones capitalistas de productividad. La historia de cada quien, su experiencia vital, sus condiciones materiales y su constitución física y psicológica son esenciales para esa persona y, por tanto, forman parte de ella. No podemos dejar atrás ninguna parte de nosotres mismes.
Sostenibilidad – Es un principio disca en tanto que valoramos las enseñanzas de nuestras vidas y entendemos que nuestra experiencia encarnada es una guía crítica y una referencia que nos lleva hacia la justicia y la liberación. La sostenibilidad reconoce nuestra totalidad y somos guiades por ella.
Compromiso con la solidaridad entre discapacidades – Valoramos y honramos las percepciones y la participación de todes les miembres de nuestra comunidad y nos comprometemos a romper el aislamiento capacitista / patriarcal / racista / clasista entre las personas con impedimentos físicos, las personas que se identifican como «enfermas» o con enfermedades crónicas, les supervivientes «psiquiátriques» y quienes se identifican como «loques», las personas neurodiversas, las personas con impedimentos cognitivos, las personas que son una minoría sensorial. Somos conscientes que el aislamiento, en última instancia, socava la liberación colectiva.
Interdependencia – Practicamos la interdependencia antes del proyecto masivo de expansión colonial de Europa occidental. El llamado a la independencia, desde la lucha por los derechos de las personas discapacitadas, logró sacar a personas con discapacidad de sistemas de patronato y de que se hablara por y sobre ellas, en conjunto con las ideas de autodeterminación y comunidad. Desde este punto de partida, podemos ampliar y profundizar nuestro análisis ya que este Estado nunca se creó para servir a las personas negras y de otras comunidades también racializadas. Vemos la liberación de todos los sistemas vivientes y de la tierra como parte integral de la liberación de nuestras propias comunidades ya que compartimos un mismo planeta. Intentamos satisfacer nuestras necesidades mientras construimos un camino hacia la liberación, sin siempre buscar soluciones estatales que inevitablemente extienden su control sobre nuestras vidas.
Acceso colectivo – Como discas negres, indígenas, de otras comunidades también racializades y queer, traemos flexibilidad y matices creativos al relacionarnos entre nosotres y valoramos la exploración y creación de nuevas formas de hacer las cosas que van más allá de la normatividad capacitista de cuerpo y mente. Las necesidades de acceso no tienen porqué ser motivo de vergüenza: todes tenemos diversas capacidades que funcionan de forma diferente en entornos distintos. Las necesidades de acceso pueden articularse dentro de una comunidad y satisfacerse de forma privada o a través de un colectivo en función de las necesidades y los deseos de la persona y de la capacidad del grupo. Podemos compartir la responsabilidad de nuestras necesidades de acceso sin avergonzarnos; podemos pedir que se satisfagan nuestras necesidades sin comprometer nuestra integridad; podemos equilibrar nuestra autonomía y a la vez estar en comunidad; podemos no tener miedo de nuestras vulnerabilidades sabiendo que se respetan nuestras fortalezas.
Camino y meta de liberación colectiva – Aunque valoramos las estrategias individuales de supervivencia que todes empleamos, nostres acogemos la pregunta «¿cómo movernos juntes?» – como personas con habilidades mixtas, multigénero, clase mixta, personas multirraciales a través del espectro de orientaciones- donde ningún cuerpo o mente se quede atrás porque sólo moviéndonos juntes podemos lograr la revolución que requerimos.